Adiós a las habas

 Hemos arrancado las matas de habas, que ya no tenían flores y por tanto no iban a dar más cosecha. El cultivo ha sido un éxito, con más de diez kilos en total. 

 Nos hemos fijado especialmente en las raíces, donde viven unas bacterias muy especiales, los Rhizobium. Estas bacterias, son muy especiales; Viven en unas verrugas que forman en la raíces de las legumbres (Fabaceae). En estas verrugas, la planta les ofrece azúcares a cambio de nitratos que los Rhizobiums les dan. Con los nitratos, las habas y otras legumbres crecen como la espuma, porque les sirven para fabricar sus proteínas y hacer más células. 

 Además, ese nitrato se queda en el suelo del huerto, haciendo la tierra más fértil, sin necesidad de abonar. Por eso, es bueno cultivar de vez en cuando leguminosas en el huerto.



Fotos de los nódulos de las raíces que contienen Rhizobium. 
Las veremos en el laboratorio con el microscopio y la lupa binocular

Después, hemos cavado la tierra para dejarla lista para sembrar la semana que viene los tomates y pimientos de nuestros semilleros y del experimento de los tomates negros.

 
Por último, hemos echado a compostar las plantas arrancadas en nuestra compostera. 


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